Actualmente, existe una gran confusión entre los términos Linfedema y Lipedema. A pesar de ser palabras muy similares, no son lo mismo ni se tratan de la misma forma. Esta similitud entre términos no es la única razón de la confusión entre ambas condiciones y es que a día de hoy, muchas personas no saben diferenciar la sintomatología de cada enfermedad.
Es muy importante identificar sus diferencias para poder conocer la prevención y la manera de actuar para cada una de ellas.
Por esa razón, en este post vamos a resolver algunas de las principales dudas que surgen cuando hablamos del lipedema y el linfedema.
¿Qué es exactamente el lipedema?
Como ya sabréis de posts anteriores, el lipedema se trata de una enfermedad que inflama las células grasas, llegando a afectar principalmente a las extremidades inferiores. Afecta casi exclusivamente a las mujeres, generando un gran deterioro en su calidad de vida. Aparte, conlleva un impacto físico, psicológico y social muy importante.
Algunos de los síntomas que suelen aparecer en esta enfermedad son:
- Pesadez y la presión en las piernas.
- Hipersensibilidad en la piel y dolor al tacto.
- Tendencia en la formación de hematomas.
- Corpulencia desproporcionada de las extremidades.
- Incapacidad de pérdida de peso al hacer ejercicio y/o dieta.
- Aumento de volumen de manera simétrica en ambas piernas o brazos.
Aparte, existen diferentes tipos y grados del lipedema. Para estas categorías se tienen en cuenta las características de la piel, el tejido y las zonas afectadas
Es importante conocer estos síntomas y características para poder realizar un diagnóstico del lipedema acertado.
¿Qué es el linfedema?
Por otro lado, el linfedema se trata de la hinchazón que causa la acumulación de líquido linfático en el cuerpo. Esta acumulación de líquido no solo puede ocurrir en los brazos y en las piernas, sino que puede aparecer también en el rostro, torso, cuello, abdomen y órganos genitales. En ocasiones, la hinchazón puede presentarse de manera rápida o de otra forma, puede darse de manera lenta y progresiva a lo largo de varios meses.
Esta condición puede afectar tanto a hombres como a mujeres y a personas de cualquier edad. Sin embargo. Las personas que tienen una mayor probabilidad de padecer linfedema son aquellas que hayan pasado por cirugías, tratamientos como radioterapias o han pasado por enfermedades como trombosis, tumores o fracturas.
Es de vital importancia tener en cuenta que el linfedema puede empeorar y causar problemas más graves. Por ese motivo, es necesario controlar la enfermedad en sus primeras etapas para poder reducir los síntomas y evitar que empeore en un futuro.
Diferencia entre linfedema y lipedema
Si te estás preguntando cuál es la diferencia entre el linfedema y el lipedema, debes saber que no se trata solo de un factor, sino de varios. A pesar de parecer condiciones similares, es necesario diferenciarlas con claridad para tratarlas de manera adecuada.
Una de las principales diferencias es que el lipedema es simétrico y bilateral, es decir, afecta por igual a ambos miembros, ya sean piernas o brazos. Mientras que el linfedema puede ser bilateral o unilateral. Cuando es bilateral, siempre va a ser asimétrico, esto es porque depende del lado del sistema linfático afectado y del grado de afectación.
Otra peculiaridad que establece la diferencia entre ambas condiciones es que la hinchazón del linfedema puede aparecer en el dorso de las manos y pies, mientras que el lipedema solo se manifiesta en brazos o piernas, solo hasta las muñecas o tobillos.
Aunque la causa del origen del lipedema no es clara, sabemos que existe un patrón detrás que determina una relación con causas hormonales. Puede manifestarse en distintas etapas como la adolescencia, el embarazo o la menopausia. Por otro lado, el linfedema tiene más que ver con obstrucciones en canales linfáticos, ya sea de forma congénita o por cirugías o tratamientos agresivos.
Lipedema o linfedema, ¿cómo puedo diagnosticar cualquiera de estas enfermedades?
Como hemos mencionado anteriormente, es importante diagnosticar a tiempo ambas enfermedades. De esta manera los especialistas podrán recomendarte el tratamiento adecuado y explicarte todas las opciones disponibles para prevenir la evolución de la enfermedad.
Para poder detectar el linfedema, es necesario realizar un diagnóstico para medir las extremidades hinchadas y compararlas con las que no estén hinchadas. De esta manera, se podrá detectar el estado de la enfermedad.
Por otro lado, con el fin de diagnosticar el lipedema será importante realizar una exploración física, analizando el aspecto de las piernas o, en algunos casos, los brazos. En Lipidemia Universitas podrás acudir a la primera consulta de forma gratuita.
Si sigues pensando “¿Cómo puedo saber si tengo lipedema?” no lo dudéis más, llámanos al 722 137 514 y te resolveremos todas las dudas que tengas.
¡Te esperamos!